EL CIERVO, EL MANANTIAL Y EL LEÓN Cierto ____, vagaba un ciervo por el bosque. De pronto, sintió mucha sed y corrió en busca de un manantial. Una vez que calmada su sed, se quedo contemplando su figura reflejada en ____ — ¡Qué hermosos cuernos! —exclamo. — Parecen ramas erguidas. Pero mis pobres ____ Un crujido en el sendero semejante a un trueno le hizo volverse y vio avanzar un león. No lo pensó más. Valiéndose de sus ágiles patas, ____ Pero de pronto, ____ y sus hermosos cuernos se enredaron en las ramas de los árboles. Quedo, pues, prisionero y el león no tardo en alcanzarlo. El ciervo, herido bajo los zarpazos de la fiera, ____. — ¡Qué tonto he sido he caído como una guanábana! —murmuro—. Mis patas, que me parecían tan despreciables, me hubieran salvado la vida, en tanto que mis cuernos, cuya hermosura me llenaba de orgullo, me han perjudicado. A veces, equivocamos el valor de las cosas. Confiamos en lo que no vale y dejamos de lado lo que es útil.

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